Bueno, en términos de de formación docente, obviamente que estamos en deuda
con el uso de las nuevas tecnologías este en la enseñanza, no incorporarla
una materia, unidad curricular que se llama informática, nuevas tecnologías en
la escuela, una materia más para el currículum escolar, sino que estas
nuevas herramientas comunicacionales tienen que ser incorporadas en las los
procesos de enseñanza y aprendizaje del del corazón. son de la escuela. Las
materias fundamentales de la escuela, las nuevas tecnologías en las
matemáticas, las nuevas tecnologías en la lengua, las nuevas tecnologías en la
enseñanza artística, por ejemplo, es inconcebible y todavía que no sé, pero
acá hay una gran dificultad porque es mucho más
fácil distribuir las cosas de la tecnología. La tecnología hecha cosas,
por ejemplo, la tecnología hecha a computadora. Las computadoras se pueden
repartir. De hecho, felizmente de Argentina tenemos un programa masivo. La
tecnología hecha cosas, hecha computadora, hecha herramienta, hecha
martillo, hecha este celular, eso se puede
distribuir. Lo que no se puede distribuir requiere un esfuerzo mucho
más sistemático es la incorporación del no para poder utilizar este
racionalmente estas nuevas tecnologías. Eso requiere tiempo, no sabemos bien
cómo se hace. Repito, hay una especie de desface. Tenemos estamos más equipados
en tecnologías objetivas, incluso las personas, los individuos, nosotros
mismos, yo mismo, tengo más tecnología objetivada en mi casa que capacidad
incorporada como saber hacer por hacer un uso sensato, racional, productivo de
estas nuevas tecnologías. Esto es una deuda pendiente y obviamente cuando
hablamos de producir una reforma, una profunda reforma intelectual y moral en
la formación de docentes, la incorporación de estas nuevas
tecnologías de la comunicación ocupa un debe ocupar un capítulo fundamental en
la formación inicial fundamentalmente y en la formación permanente. Tenemos
todavía, creo que estamos en deuda con lo que sería un programa nacional fuerte
de formación inicial de maestros del siglo XXI. Esto está pendiente y al
igual que todas las profesiones, habrá que montar un sistema permanente de
formación para ir eh potenciando la capacidad de acción de los maestros en
función de las nuevas circunstancias. Siempre volvemos al maestro porque es el
factor estratégico fundamental en la en la escuela. Es lo sabemos que la escuela
la enseñanza es un sistema intensivo en fuerza de trabajo, no intensivo en en
medios de de enseñanza, en tecnologías. Es la tecnología incorporada al maestro,
me parece que es lo fundamental. Entonces, la pregunta es,
bueno, ¿qué tipo de maestro necesitamos y qué consecuencias, qué indicaciones se
podrían recoger en base a estos desafíos, estos cambios sociales, a
estas nuevos recursos con los que contamos en la sociedad, recursos
tecnológicos? ¿Cómo estas nuevos contextos, estos nuevos recursos
deberían incidir sobre los procesos de formación inicial de docente? Yo suelo
decir cuando me preguntan cómo debería ser un docente, yo creo para este siglo
XXI, yo siempre suelo usar una fórmula demasiado sin plota, pero creo que creo
que detrás hay un significado. Yo creo que necesitamos maestros
cultos, cultos, es decir, este que tengan, digamos, un conocimiento de los
grandes desafíos que atraviesan las sociedades contemporáneas. No tiene que
ser sociólogo, economista, puesto en comunicación y en ciencias y
tecnologías, pero debe conocer cuáles son las grandes tendencias de desarrollo
de la sociedad en el campo de la economía, la tensión entre el mercado,
estado, hacia dónde van las tecnologías, a dónde van las la biología, las nuevas
ciencias, la neurobiología, no ser neurocientistas, biólogos, saber hacia
dónde van las ciencias y las tecnologías es muy importante el tema en términos de
tecnología, obviamente que repito, la acción pedagógica es una acción de
comunicación, es algo obvio que cae por su propio peso, que tenemos que hacer
uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. No puede
ser que en este siglo sigamos recurriendo exclusivamente a viejas
tecnologías, porque ojo, usamos tecnologías en la escuela, pero son
antiguas. El pizarrón y la tisa es una tecnología. A veces uno dice, "No, las
tecnologías pensamos en la inmediatamente la TIC, no, la TISA y el
pizarrón la tecnología, pero es una tecnología obsoleta. esa tecnología se
generalizó, está en todas las escuelas. Ahora hay que incorporar otras
tecnologías. Está un precio importante y esto, repito, no debe ser un contenido
aparte en los programas de formación docente. La propia formación de los
docentes e la las tecnologías debería atravesar todas las unidades
curriculares de la formación docente. Ellos tendrían que ya la tendrían que
ser tan vulgares si las tecnologías de la información, la comunicación tendrían
que estar tan naturalizadas y tan difundidas como las tes del pizarrón. No
hay profesor que no use TIS y Pizarrón. tenemos que hacer un uso intensivo,
inteligente, este, digamos, sacar el máximo provecho de las potencialidades,
de las tecnologías, de la información, la comunicación en los propios procesos
de formación docente, no como un insumo más, como una materia más incorporada al
currículum de formación de los docentes, sino este atravesando todos los los las
unidades este curriculares que este que estructuran un programa curricular de
formación docente del siglo XXI.